miércoles, 11 de noviembre de 2015

ONCE


LA ONCE Y SU FUNDACIÓN, ABIERTAS AL MUNDO
Un modelo de inclusión social que se extiende a Europa y América Latina
La ONCE, transcurridos 75 años desde su creación, avanza en pleno siglo XXI en su labor de inclusión social de las personas ciegas y con otra discapacidad, impulsando el empleo y la economía social, y extendiendo su trabajo a América Latina y la Unión Europea, entre otros lugares del mundo, que valoran un modelo económico y social sostenible, solidario  y generador de riqueza para toda la sociedad, especialmente, para millones de personas con discapacidad. Esto le ha valido el reconocimiento legal de organización singular de economía social, caracterizada en su actividad social, económica y empresarial por los principios y valores de la solidaridad, la ausencia de ánimo de lucro y el interés general.
La tarea de eliminación de barreras, formación e intermediación laboral de la Fundación ONCE para la Cooperación e Inclusión Social de Personas con Discapacidad -que cumple 25 años-, se convierte en complemento perfecto a la labor de una Organización decidida a que las personas con discapacidad suban al tren de la modernidad, las nuevas tecnologías, el diseño para todos y la accesibilidad universal, absolutamente necesarios en estos tiempos de globalización.
Como operador de juego de reconocido prestigio sujeto a un estricto control público, y comprometido con la gestión del juego responsable como principal fuente de ingresos, la ONCE junto con su Fundación representan un modelo único de integración, solidaridad y prestación de servicios cada vez más especializados, que superan fronteras. La Organización tiene un papel activo en más de 25 estados, además de los vecinos comunitarios: trabaja en proyectos de educación y empleo en 19 países latinoamericanos; participa en las decisiones de la Unión Europea; es miembro e impulsor de la Unión Mundial de Ciegos; conforma el Foro Europeo de la Discapacidad; trabaja en el Comité de Expertos de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, donde una mujer ciega española ejerce la vicepresidencia; además de tener presencia en muchos otros foros.
Los datos que confirman el trabajo de la ONCE fuera de nuestras fronteras son rotundos: 121.684 niños con discapacidad visual grave escolarizados en América Latina en los últimos cuatro años; 52.133 adultos ciegos formados para el empleo, muchos de ellos trabajando, lo que les permite pasar de vivir ocultos, apartados y olvidados, a ser   en algunos casos el único sustento de su familia; todos los niños ciegos de los campamentos saharauis escolarizados; centros de producción de material educativo en la zona de la guerra de los Balcanes; impulso a la discapacidad en Túnez, tras la primavera árabe; mejora de la accesibilidad en países como Uruguay, Costa Rica o Ecuador; o más de 15 años incorporando en las directivas comunitarias avances en transporte accesible, empleo o educación para 80 millones de ciudadanos europeos con discapacidad. 
El modelo de inclusión social de la ONCE y su Fundación se extiende por el mundo para lograr la plena autonomía de las personas con discapacidad, pero también para garantizar su visibilidad, que debe partir de la convivencia diaria con el conjunto de la ciudadanía.
PROYECCIÓN INTERNACIONAL
La ONCE ha desarrollado en las últimas décadas una decidida proyección internacional cuyo primer bastión es su Fundación para la solidaridad con las personas ciegas de América Latina (FOAL), que nació en 1998. Sin embargo, desde principios de los años 80 del pasado siglo, existía en la ONCE el compromiso solidario de colaboración con los ciegos de América Latina. Entonces optaron por poner en marcha acciones de carácter asistencial dirigidas a ciegos de América Latina, que luego derivarían en un “Fondo de Cooperación con Iberoamérica”, germen de la creación, en 1998, de la FOAL, un ambicioso proyecto de promoción educativa y laboral de los ciegos latinoamericanos y de consolidación de su movimiento asociativo.
Las máximas aplicadas en España con el modelo de la ONCE y su Fundación saltan así barreras y comienzan a aplicarse en 19 países de América Latina:
·        Educación mediante dotación de materiales, programas de acción educativa, preparación de profesorado y diseño de centros de referencia (en la actualidad funcionan 10 centros en Costa Rica, Chile, Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Perú), han permitido en los últimos cuatro años, beneficiar a 121.684 escolares ciegos. 
·        Formación y empleo, con cursos, talleres y prácticas (en 14 países y con la colaboración de entidades públicas y privadas), que les ha permitido en cuatro años llegar a 52.133 personas, de los que muchos han logrado un empleo y han pasado de ser ocultados en sus casas, apartados y casi olvidados, a convertirse en el centro de la familia y, en muchas ocasiones, su único sustento.  Como ejemplo, en Guatemala un país pequeño, 800 personas con discapacidad visual encontraron empleo en un año con el programa Ágora impulsado por la ONCE.
Todas estas labores las lleva a cabo ONCE y su Fundación sin olvidar fortalecer el asociacionismo de las personas ciegas y también con otras discapacidades, para impulsar así otra máxima de la Organización: “nada para las personas con discapacidad sin las personas con discapacidad”, de manera que se escuche su voz. Un ejemplo muy reciente ha sido el logro -gracias al impulso de la ONCE, el Cermi y el Gobierno español- de conseguir que la última Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno Iberoamericana, celebrada en Cádiz en octubre de 2012, declarase 2013 como Año Iberoamericano del Empleo de Personas con Discapacidad, lo que redundará en beneficio de  muchas personas con discapacidad de esos países.
Como valor añadido a la labor de la ONCE hay que destacar la tarea de implicación de las respectivas Administraciones nacionales en los países donde opera FOAL, así como de otros importantes colaboradores, entre los que destaca la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Fruto de este trabajo de implicación de terceros, FOAL estima que, por cada euro que invierte la ONCE en la región, consigue otros dos provenientes de diferentes donantes benéficos y gobiernos locales, lo que dinamiza las acciones y las acerca a cada lugar.
LABOR EN LA UE
Pero la internacionalización del modelo social de la ONCE y su Fundación no ha sido sólo hacia América Latina sino que, cada vez más, salta fronteras e impulsa iniciativas. La otra gran vertiente de participación internacional de la ONCE y su Fundación es su alianza con las instituciones europeas desde el año 2000, muy especialmente por su convencimiento de que el empleo (y la consiguiente formación previa) es la mejor vía para lograr la plena realización e inclusión social de las personas ciegas y con otros tipos de discapacidad. Una tarea que abordan, con un espíritu compartido con sus “compañeros de viaje” europeos, desde enfoques innovadores en los que ha adquirido un gran peso específico la consideración de las nuevas tecnologías inclusivas como herramienta de integración.
En este contexto, la ONCE y su Fundación se han convertido en actores relevantes en el diseño y defensa de la nueva Estrategia Europea de Discapacidad, que vincula y enmarca sus propuestas en la llamada Estrategia UE2020, cuyo principal objetivo es alcanzar un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, con un marco en el que destacan ya a nivel comunitario iniciativas pioneras de la Organización en materia de empleo, formación, e I+D+i, así como la eliminación de todo tipo de barreras mediante la defensa del diseño para todos; y de los valores de igualdad y plena ciudadanía para su colectivo, en el empeño por la consecución de una sociedad más justa y solidaria.
La ONCE lleva más de 15 años trabajando para que todas las directivas comunitarias tengan en cuenta a las personas con discapacidad, con logros destacados en transporte adaptado, acceso a la cultura, accesibilidad o inclusión educativa y laboral de estas personas.  La ONCE y su Fundación Están muy presente y activas en la nueva Estrategia Europea sobre Discapacidad (2010-2020), con un compromiso renovado de hacer de Europa un continente para todos, además de impulsar que los Fondos Estructurales sigan generando en todos los países, iniciativas de empleo, formación y accesibilidad similares a las acometidas en España.
De hecho, en el último año los dos comisarios europeos que han visitado España, el francés Michel Barnier (Mercado Interior y Servicios) y el húngaro László Andor (Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión), hicieron un hueco en sus agendas para conocer el modelo singular de la ONCE y su Fundación. Tras la visita, el comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión puso como ejemplo de gestión de los fondos estructurales en la generación de iniciativas de empleo para personas con discapacidad a la Fundación ONCE, conocedor de los más de 40.000 empleos (el 45% para mujeres) impulsados desde el año 2000 por Fundación ONCE gracias a la gestión de estos fondos de una forma ejemplar.
Además, desde la ONCE y su Fundación se aportan estrategias y reivindicaciones a la futura Ley Europea de Accesibilidad, o más recientemente, se mira hacia España para impulsar iniciativas como la contratación pública socialmente responsable,  también favorecedora de la accesibilidad, tanto por el impacto de su materialización en el conjunto de las administraciones públicas como en su misión de referente e inspiración para las empresas privadas.
En el ámbito más solidario, la ONCE y su Fundación extienden iniciativas educativas a puntos de Europa que han resultado afectados por conflictos bélicos, como la zona de los Balcanes –donde un equipo de impresión en Braille y la formación de profesionales generan un centro de recursos educativos-
Existe presencia de la ONCE y su Fundación en África, por ejemplo en los campamentos saharauis, único lugar de ese continente donde todos los niños ciegos están escolarizados gracias a proyectos educativos de la Organización. También se trabaja en iniciativas culturales en Marruecos o de empleo e inclusión en Túnez.
Finalmente, a nivel global la ONCE ha colaborado muy activamente con Naciones Unidas para la puesta en marcha de la Convención en favor de los derechos de las personas con discapacidad (una mujer ciega española es vicepresidenta de esta convención), así como con el Gobierno español, para su posterior refrendo por nuestro país.
En definitiva, la ONCE y su Fundación han conformado un modelo de inclusión social de la discapacidad único en el mundo, del que muchas veces no se es consciente hasta que alguien desde fuera lo recuerda. Un claro ejemplo ha sido la concesión a España este año del prestigioso Premio Internacional Franklin D. Roosevelt Disability Rights, conocido como el “Nobel” de lo social, o las solicitudes de colaboración por parte de países como Corea del Sur,  China o los países Nórdicos, entre otros, para la aplicación del modelo de inclusión que lidera la ONCE y su Fundación.
Es un modelo abierto al mundo que de hecho, ya trabaja en más de 50 estados para lograr no sólo la autonomía de las personas con discapacidad, sino para mantener su permanente visibilidad social y su convivencia diaria con el conjunto de la ciudadanía, de la que forman parte.
DE LO ASISTENCIAL A LO INCLUSIVO: UNA ARRIESGADA APUESTA
Desde la celebración de su primer sorteo -el 8 mayo de 1939-, el popular “cupón pro-ciegos” de la ONCE” ha sido el motor y el alma de este gran proyecto social, que empezó con una intención más asistencial –que marcaban los tiempos- y ha concluido con una apuesta por la inclusión desde los derechos.
El cupón y el resto de modalidades de lotería de la ONCE han sido y son  fuente de sus ingresos para llevar adelante su  diversa labor social, constituyendo además un rotundo ejemplo de integración laboral, , de sus propios afiliados y de personas con otros tipos de discapacidad al emplearlos como agentes vendedores.  Esta circunstancia además de permitir la emancipación económica de estas personas, ha logrado su permanente visibilidad y su convivencia diaria con el conjunto de la ciudadanía española, como no ha conseguido hacerlo el colectivo de personas con discapacidad en ningún otro país del mundo.
Hoy, en torno a 20.000 vendedores de la Organización siguen llevando por las calles de pueblos y ciudades “la ilusión de todos los días”. Esta realidad actual no es sin embargo, comprensible, ni debería ser objeto de interpretación, sin valorar la determinación de aquellos afiliados fundadores de la Organización que rechazaron la posibilidad de la “benéfica pensión” porque decidieron vivir en pie de igualdad con el conjunto de la ciudadanía.
Aquella dura y arriesgada apuesta es hoy, tres cuartos de siglo más tarde, una realidad comercial respetada por su profesionalidad, por su capacidad de transformación ante las nuevas circunstancias del mercado del juego.  La ONCE ha sabido plantar cara a esa deriva competitiva y defender, la estabilidad laboral de más de de 20.000 vendedores de sus loterías en España, todos ellos personas con discapacidad.
Complementariamente, la ONCE ha creado su propia Corporación Empresarial (CEOSA), un grupo de empresas con representación en sectores tan diversos como la seguridad , la limpieza, los servicios integrales, el turismo, los seguros..., que apuesta por la rentabilidad para diversificar las fuentes de ingresos de la Organización, al tiempo que contribuye activamente a la integración laboral de trabajadores con discapacidad y que es considerada hoy por hoy como una de las grandes corporaciones de empresas españolas.
En materia de Servicios para sus afiliados, la ONCE ha sabido acomodarse también al devenir de los tiempos hasta abrir una panorámica de atenciones individualizadas que van desde el asesoramiento genético; la atención temprana de los niños con grave discapacidad visual y su inmersión en la escuela inclusiva junto al resto de compañeros y compañeras de su entorno; la formación y la intermediación para el empleo; la rehabilitación para la vida diaria; el asesoramiento para el mejor aprovechamiento (cuando existe) del resto visual ; la formación tecnológica; la asistencia social directa cuando ésta se requiere; la atención a los mayores mediante actividades, cursos, talleres, turnos de vacaciones sociales, etc.
Hay que tener en cuenta otra serie de acciones por parte de la ONCE Y su Fundación que completan de algún modo el círculo de atención a las más de 70.000 personas ciegas que viven en España  y que  ha merecido la consideración internacional como institución modelo en la prestación de servicios. Entre ellas se encuentran:
·        La puesta en marcha en 1990 de la Fundación ONCE del Perro-Guía (FOPG),
·        La promoción del Voluntariado en tareas de apoyo y acompañamiento a las personas ciegas
·        La puesta en marcha en 2007 de la Fundación ONCE para la Atención a Personas con Sordoceguera (FOAPS), plataforma pionera en el mundo en la atención de este colectivo, tan poco conocido como necesitado de apoyo por sus limitaciones para su inclusión educativa, laboral y social.
Es imposible encontrar otro país en el que sea comparable el nivel de atención a la persona con discapacidad visual desde su nacimiento y hasta sus últimos días como el que la ONCE presta a sus afiliados en España.
La ONCE ha demostrado no tener vocación endogámica, ni en sus años fundacionales en los que ya contó entre su colectivo de vendedores del cupón con numerosas personas afectadas por algún tipo de discapacidad distinta de la ceguera, ni en la actualidad.
El principal exponente de ese compromiso solidario es -como queda dicho- la Fundación ONCE para la Cooperación e Inclusión Social de Personas con Discapacidad, creada en 1988. Una entidad que, en este periodo, financiándose con el 3% de las ventas brutas de los juegos de la ONCE, ha generado más de 80.000 empleos para personas con discapacidad y que ha contribuido a una profunda transformación del perfil de nuestro país ya que n este cuarto de siglo se ha consagrado a una intensa y reconocida labor en dos ámbitos fundamentales:
·        La formación e inclusión laboral de personas con discapacidad (sólo en 2012 sus cursos beneficiaron a 7.300 personas y generó o intermedió en unos 4.200 nuevos empleos)
·        La eliminación de todo tipo de barreras (tarea para la que el pasado año comprometió y apoyó económicamente 27 grandes convenios en todo el país y para la que ha presupuestado invertir más de 76 millones de euros en 2013).
La Fundación ONCE en 1989 creó en paralelo,  el grupo empresarial Fundosa, centrado en la integración laboral desde criterios de rentabilidad y que factura en la actualidad en torno a 300 millones de euros anuales, con una plantilla de cerca de 9.000 personas, cifra que casi se duplica si se tiene en cuenta las empresas en las que participa, siendo más del 70 por 100 de su masa laboral personas con discapacidad.
AL LADO DE LA CIUDADANÍA
Con todo ello, la ONCE y su Fundación se han granjeado una de las más elevadas valoraciones de la sociedad española, basada en la confianza en la labor que realizan.
Su carácter de organización inclusiva de las personas ciegas y de comprometida solidaridad con el conjunto de quienes tienen algún tipo de discapacidad le ha hecho valedora de un general reconocimiento, que se confirma en cada una de las encuestas y rankings de valoración social en nuestro país.
La sociedad española refrenda su “complicidad” con la aventura de la ONCE, que va a cumplir con pleno éxito y contra todo pronóstico tres cuartos de siglo, con su opinión reiteradamente testada, y con el simple y modesto gesto de acercarse a uno de sus vendedores y adquirir uno de sus productos de juego. 
Entre sus valores distintivos, la ONCE enarbola además uno especialmente importante en estos tiempos de crisis y de generalizado pesimismo, como es el de la respuesta en positivo, ante la adversidad. “Todos, en alguna ocasión de nuestra trayectoria, hemos superado situaciones adversas, y ello ha sido posible gracias a la fortaleza y la energía que emerge de las personas, verdadero motor de organizaciones, empresas y de la sociedad en general”, ha expresado recientemente Miguel Carballeda, presidente de la ONCE y su Fundación al contraponer la crisis actual con la dramática situación en que, en diciembre de 1938, nació la Organización Nacional de Ciegos.
Junto a esta lectura racional, pero en positivo de la realidad y sus dificultades, ONCE y su Fundación reivindican especialmente en este año 2013 -en el que cumplen, sus primeros 75 y 25 años de vida, respectivamente- el valor de la ilusión. La misma ilusión que empujó a un grupo de ciegos en la España de 1938 a conseguir que se creara una organización que les abriese el camino de la libre ciudadanía, de la plenitud de derechos sin depender de un subsidio sino del propio trabajo, y así llevar una vida activa y participativa en todos los ámbitos de convivencia.
Ese espíritu materializado en tantas iniciativas impregna la lectura en positivo con que ONCE y su Fundación afrontan, desde la lógica preocupación, la situación de crisis que en el último lustro ha lastrado nuestra realidad social y la de la gran mayoría del mundo occidental. De este modo, la ONCE reivindica y defiende la multitud de realidades existentes. Tal actitud, y la seriedad y continuidad de su proyecto, le han valido a la Organización ser distinguida con su incorporación al proyecto “Marca España”. (www.marcaespaña.es).
ONCE y su Fundación han sido igualmente elementos constitutivos y activamente dinamizadores del movimiento español de personas con discapacidad, aglutinado en torno al Cermi (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad); la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES); o la recién constituida Plataforma del Tercer Sector, todo ello convencidos de la necesidad de dar fuerza y voz a la sociedad civil organizada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario